En ocasiones es difícil escribir cuando se culmina una jornada como la de ayer en donde los cofrades de la Hermandad de la Vera-Cruz y que han proyectado al resto de cofrades que han acudido a la llamada para acompañar al crucificado del barrio del Santo Cristo en su caminar hacia la Iglesia Mayor para presidir el Vía-Crucis del Consejo local de Hermandades y Cofradías.Un conjunto que se completaba con varios elementos que quizás no fueron captados por muchos cofrades pero que los detallamos para conocer aún más toda la puesta en escena con la que en este primer lunes de Cuaresma nos ha brindado la cofradía del Miércoles Santo.En la parihuela existía un detalle como recuerdo al imaginero isleño Alfonso Berraquero García y que se materializaba en los ángeles que el Hijo Predilecto de la ciudad restauró para la Orden Seglar de los Siervos de María. Estos ángeles sostenían un trozo de palma -árbol del paraíso- en referencia a la figura de San Juan Evangelista y el otro ángel sostenía en sus manos un puñal de la Santísima Virgen. De esta forma, añadiéndose el cáliz que se depositaba en la zona más cercana a la parte inferior de la cruz se podía decir que el misterio completo de la hermandad de la Vera-Cruz salía junto al crucificado.Detalles que se acumulaban en el cortejo como la presencia del Lignum Crucis en una acertadísima parihuela elaborada por hermanos de la corporación para esta ocasión y que bien podría ser utilizada en adelante para la salida procesional del Miércoles Santo.Otros detalles como el libro de difuntos de la hermandad, los cirios verdes que se cambiaban por unos codales con tulipas en el caso de la Junta de Gobierno de la hermandad y representaciones y un cuidado orden en la calle.Todo esto, unido, salió por las puertas de la capilla de la Vera-Cruz. Sí, esas mismas puertas que durante años han estado cerradas y que se abrían de par en par tras los golpes secos de un hermano que anunciaba la inminente salida cuando pasaban algunos minutos de las seis y media de la tarde. Golpes secos que eran como la petición expresa de los cofrades de la ciudad que durante años han pedido la vuelta de la hermandad a aquel lugar, su casa, de donde nunca debió marchar.El momento de la salida del crucificado hizo que la plaza que lleva su nombre quedara enmudecida y que solo se escucharan las indicaciones para elevar al Santísimo Cristo de la Vera-Cruz sobre la parihuela ya que fue necesaria la maniobra de alzar al mismo con pértigas debido a la considerable altura del conjunto con respecto a la de la puerta de entrada a la capilla.Y el cortejo comenzó a discurrir por las calles del barrio. Calles que volvieron a ser como de Miércoles Santo. Luz directa de la tarde sobre el crucificado, silencio en las aceras, respeto al cortejo y unas estampas preciosas en una tarde en la que el tiempo acompañó en todo momento.Y así el cortejo fue llegando a las cercanías de la Iglesia Mayor Parroquial con el único acompañamiento musical de un trío de capilla. Suficiente, no era necesario nada más. Y entró en la Iglesia Mayor el cortejo. Con todo el alumbrado eléctrico apagado y solo con las velas encendidas de los altares laterales del primer templo de la ciudad. De esta manera recorrió la parihuela con el crucificado hasta llegar a posarse en el centro del altar mayor. Preciosa estampa también la marcada en este momento.Pasadas las ocho y cuarto de la tarde comenzaba el ejercicio del Vía-Crucis en el interior de la Iglesia Mayor Parroquial. Para ello el Lignum Crucis fue recorriendo las catorce estaciones mientras que la parihuela con el Cristo de la Vera-Cruz se mantenía en el altar mayor del templo.Manuel Jesus Sánchez Casas -pregonero de la Semana Santa de 2017- realizó las meditaciones en cada una de las estaciones mientras que el diácono Manuel López, Delegado Epíscopal de Catequesis, fue el encargado de las pertinentes oraciones. Las estaciones del via-crucis fueron acompañados por el canto de la coral "Logar de la Puente".La Parroquia de San Pedro y San Pablo estuvo llena de cofrades de todas las Hermandades de la ciudad que daban con este acto el comienzo de una intensa Cuaresma llenas de celebraciones de los distintos cultos internos y otros actos que nos conducirán hasta las puertas de una nueva Semana Santa. En el interior del templo parroquial se encontraban junto con el Arcipreste de la ciudad varios sacerdortes de Arciprestazgo y una representaciòn de la Corporación municipal encabezada por el Primer Teniente de Alcaldesa.
Fuente original: http://www.obispadodecadizyceuta.org/noticia/cristo-vera-cruz-presidio-inmejorable-solemne-crucis-consejo