VALENCIA 16 MAR. (AVAN).- Los vestidores de la Virgen de los Desamparados cumplen estas Fallas 30 años de labor voluntaria de confección, con los ramos de flores de la Ofrenda, del manto de la Mare de Déu, cuya imagen, de 15 metros de altura y construida con travesaños de madera, fue instalada por primera vez en la Plaza de la Virgen en 1987.
En la actualidad el grupo de vestidores está integrado por 39 personas, seis de ellas mujeres, cuyas edades abarcan desde los 22 a los 58 años, en el que se juntan hasta tres generaciones familiares, que realizan esta labor con total devoción a la Mare de Déu, y para los que el peor disgusto es no poder participar en la Ofrenda, ha explicado el coordinador de los vestidores, José García Bosch.
Todos son vestidores pero hay también bordadores, que están habitualmente subidos a la estructura realizando el contorno del dibujo, y dos o tres de ellos, los más veteranos, son los que dirigen al grupo en la elaboración del manto floral, ha señalado.
El resto del año se dedican a sus oficios, en el hospital, en el taxi, o están ya prejubilados, como algunos, incluso uno vive en Alemania, pero cuando llega la Ofrenda están disponibles todos, los dos días, y al cien por cien, según García Bosch, que ha subrayado que los vestidores son muy reservados y se entregan totalmente y terminan muy cansados y con heridas o cortes accidentales.
Por el momento el grupo no se va a ampliar porque no es necesario y cuando lo sea, ya hay familiares con ganas de entrar, porque es una labor emocional y devocional que se vive en estas familias.
El secreto del dibujo del manto se desvela al final del primer día
El dibujo del manto siempre ha sido un secreto, salvo algunos años, y sólo lo conocen los vestidores quince días antes de la Ofrenda, según el coordinador, que ha avanzado que al final de la primera jornada, el viernes, ya podremos empezar a verlo aunque son los vestidores los que realizan el diseño y prefieren no darlo a conocer antes.
También antes de empezar la primera jornada de la Ofrenda repiten cada año una tradición que es rezar una oración privada en la Basílica y reunirse después en la plaza de la Virgen para repartir las funciones, besar, uno a uno, la medalla de plata de la Mare de Déu, y gritar, cada año uno de ellos, la frase ´vestidors, tots a una veu`, que el resto responde con un ´vixca la Mare de Déu`, ha comentado.
A partir de 1987 profesionalizan y mejoran el ´bordado` del manto
Inicialmente, los vestidores de la Virgen eran un grupo de amigos, muchos de ellos de Cruz Roja, que se dedicaban al socorrismo y eran expertos en alpinismo porque para estar en lo alto de la imagen tienen que ser personas experimentadas para ir colocando ramos.
Antes de 1987 ya había algunos, alrededor de diez, que se encargaban de poner los ramos de la Ofrenda en la estructura que se coloca en la fachada de la Basílica y en otras con forma de conos, pero la labor como tal de vestidores, más organizada, empezó cuando se decidió instalar la gran imagen de madera de la Virgen de 15 metros de altura en la plaza, y en los años posteriores se fue mejorando y profesionalizando.
La iniciativa de instalar la gran imagen de la Mare de Déu, obra del artista fallero José Azpeitia, fue del vestidor Pedro Llorca y del artista fallero José Carrero, quienes se la presentaron a Junta Central Fallera y fue aprobada.
Con el paso de los años fuimos mejorando, entre todos, el proceso, y desde que en los 90 se incorporó el dibujo, empezamos a marcarles a las comisiones, por sectores, las flores y colores que debían traer para elaborarlo.
También se fueron mejorando otros aspectos por ejemplo que los ramos no llevaran ganchos, que acababan clavándose los vestidores y que muchos terminaban con los brazos ensangrentados, ni tampoco papel de celofán que resbalaba en el suelo.
(Fotos: I. Miñana)
Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=15159&pagina=1