Sergio Barciela, Técnico del Equipo de Migraciones de Cáritas Española, atendió a la Delegación de Comunicación para valorar la situación de los refugiados sirios.
– ¿Cuál es la situación que están viviendo los refugiados sirios?
Ante una crisis humanitaria, Europa está respondiendo con políticas ineficaces y mal planteadas. En estos momentos están llegando a Grecia unas 3.000 personas de Turquía. Grecia se ha vuelto un tapón y una realidad insostenible porque cada uno de los países europeos está respondiendo de una forma arbitraria e uniforme. Hace unas semanas veíamos cómo la policía y las fuerzas antidisturbios de Macedonia reprimían a los refugiados, donde la inmensa mayoría son mujeres y niños.
– ¿Cuál es la postura de Cáritas ante este acuerdo?
Este acuerdo que se establece entre los países de la Unión Europea y Turquía lo que pretende es devolver a todos los refugiados e inmigrantes que llegaron a las costas griegas. Esto es el colofón de una serie de políticas caóticas, ineficaces y represivas. Esta medida lo que establece es la violación de los tratados internacionales de protección humanitaria en torno a la figura del refugiado.
– ¿Qué trabajo está desempeñando Cáritas?
Estamos trabajando en los campos de refugiados que existen en Grecia y Turquía, en toda la realidad de la frontera este. Más de un 60% son mujeres y niños, varones. Personas con un grado de deterioro y aflicción en términos de salud física y mental muy grande por el tránsito que están viviendo. Por otro lado, nos preocupa mucho el enriquecimiento de las mafias.
– ¿Cómo podemos ayudar?
Estamos hablando de un desplazamiento forzado de más de cuatro millones de personas de una guerra interna cruenta en la cual además Europa ha sido partícipe apoyando a uno de los bandos. De alguna manera debemos ser responsables con la gente que está huyendo. No olvidemos que es población civil que escapa sin nada, sólo con la intención de salvar su vida.
La sociedad civil tiene que estar abierta, con los ojos y oídos despiertos. Yo animaría a la sociedad a movilizarse y exigir a nuestros políticos una mayor responsabilidad y un cumplimiento de los acuerdos y convenios internacionales. Hoy son ellos, mañana podemos ser nosotros. Si las reglas del juego se arbitran de alguna manera y se violan hay que exigir un cumplimiento, porque lo que está detrás es la humanidad.
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