Mons. Vicent Ribas, obispo de Ibiza, dedica su artículo del mes de junio a Cáritas, por su 75º aniversario.
En nuestra sociedad ha ido creciendo el sentido de la solidaridad, de la fraternidad, de la ayuda generosa. Así se manifiesta el valor de lo humano y el compromiso y la responsabilidad del propio ser humano, pues solo él puede y debe humanizar el mundo en el que vive. Existen diferentes formas de realizar la humanización del mundo y de sus estructuras. Entre las más antiguas está la caridad.
Ser caritativo es recorrer el camino trazado por Cristo. Este camino pasa por el ser humano concreto, pues en Jesucristo, Dios se ha unido a la humanidad. Por ello, los cristianos no estamos continuamente mirando al cielo, ni hemos colocado en el más allá todo lo que el ser humano puede y debe disfrutar aquí en la tierra. La dignidad del hombre y de la mujer exige que todo ser humano pueda realizarse como persona, lo cual implica la disposición de los medios materiales y espirituales que la hagan posible. Si Cristo le muestra al hombre y a la mujer la imagen del hombre y de la mujer, la caridad consiste precisamente en descubrirle a la persona su propia dignidad y establecer los medios para que el ser humano la desarrolle. Pero la dignidad humana quedaría pisoteada, como enseña la lección de la historia, cuando se excluye en el ser humano toda apertura a Dios. Por tanto, la caridad es asentar la dignidad humana en la existencia y relación con Dios.
Ahora bien, caridad no es teorizar sobre el hombre ni sobre Dios, es, ante todo, vivir apasionadamente con el hombre y ante Dios. Por tanto, caridad es convertirse uno mismo es testimonio vivo de la importancia de la dignidad humana (creer en el ser humano) y de la existencia de Dios y de su amor.
Cuando una institución tiene en su haber el ejemplo de hombres y mujeres, que dejándolo todo han puesto su vida servicio del amor (Dios a favor del ser humano) incluso renunciando a todo, se puede hablar de generosidad, de solidaridad, de fraternidad, de amor. Esto es Cáritas. Solo entonces se puede hablar seriamente de vivencia auténtica de todos los valores humanos y religiosos.
Por tanto, hablar de Cáritas no es hablar de una teoría o de una estructura; es hablar de la persona humana. Es hablar de hombres y mujeres que están dedicando su vida a dignificar la existencia de otros hombres y mujeres que viven en condiciones desfavorecidas.
Hablar del Cáritas es hablar de Dios que se muestra cercano a través de quienes en su nombre están afrontando el destino de los desheredados de la tierra. Hablar del Cáritas es ser conscientes de que la vida de los hombres y de las mujeres y su dignificación está unida al anuncio de Dios y a la presencia de su amor. Hablar del Cáritas es tomarse con seriedad y preocupación todo lo referente al ser humano.
En este año, Cáritas celebra en nuestro país 75 años de su andadura oficial. Por supuesto que antes del año 1947 existía y se practicaba la caridad en la Iglesia. Pues la caridad es uno de los fundamentos esenciales de la vida de la Iglesia. Por tanto, la caridad en la Iglesia está unida a sus inicios. Porque la Iglesia es lo que Jesús quiso que fuese y pusiese por obra.
19 de junio, Día Nacional de la Caridad
El domingo día 19, solemnidad del “Corpus Christi”, celebraremos el “Día nacional de caridad”. Os pido que también vosotros os toméis en serio esta jornada. La solidaridad y la fraternidad universales, junto a nuestra responsabilidad de creyentes nos exige que hagamos nuestra la caridad de todos y para con todos. La oración y la ayuda económica son el mejor medio para que el Cáritas sea, realmente, la obra de todos. Entre todos llevamos adelante un mismo propósito: la dignidad y promoción de la persona humana y el anuncio de Dios y de su amor.»
Mons. Vicent Ribas
Obispo de Ibiza y Formentera
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