“No seamos indiferentes ante aquellos que pasan hambre”, fue el llamado que hizo Monseñor Manuel Ochogavía Barahona, Obispo de Colón- Kuna Yala, en la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo celebrada en la Catedral Metropolitana, asegurando que Jesús es el Pan de vida pero muchas veces los mismos cristianos, autoridades y personas con facilidades económicas, ignoran a un gran personaje de la población que está atravesando muchas dificultades.
Monseñor Ochogavía Barahona, quienes es secretario general de la Conferencia Episcopal Panameña, explicó que el Corpus Christi, es una celebración que se hace presente de modo especial, el sentir del verdadero significado de los alimentos sagrados que comemos, porque el Señor nos lo ofrece en su altar. Donde el Señor, se nos revela como un Dios cercano, conocedor de nuestra realidad, necesidades y se convierte en un llamado para todos nosotros que nos decimos discípulos de Jesucristo, para darnos cuenta de que sí tenemos que preocuparnos de las necesidades de aquellos que están pasando hambre.
La corrupción se ha filtrado en todos las áreas de la sociedad y se sigue generando muerte donde la ley del juega vivo, ley del aplasta al que está frente a ti para, esa competividad en la que estamos envueltos buscando poder, fama, dinero, lujos y placer que no perdona a nadie, que excluye y que genera hambre, lamentó.
En la abundancia de la mesa Eucarística, también hay hambre del amor de Dios, hambre del Evangelio, hambre de la verdad que solo Dios nos da, esa hambre a la que estamos llamados a saciarnos en la mesa de la Eucaristía, dijo Mons. Ochogavía. “Ojalá que como Iglesia podamos valorar en esta solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el deseo que tienen el Señor de saciar el alma de tanta gente que padece esa hambre que nos sacia comida y bebida verdadera”.
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