«Al Trasluz» describe el comienzo del curso en las aulas, en el que la asignatura más importante es “la vida, la verdad y el bien”
A lo largo de esta semana, los colegios abrieron sus puertas y las aulas estrenaron alumnos. Comenzó el curso escolar, en el marco de grandes horizontes educativos y formativos. ¡Qué gran tarea la de la educación, la de la enseñanza, la de la formación! Y más en esta época, “caracterizada por el cambio y por la transformación”.
La escuela, tal como la concibe el papa Francisco, no es una instancia cuyo fin sea, únicamente, transmitir conocimientos. Su función es ayudar al alumno a comprenderse a sí mismo, a interpretar el mundo y a discernir entre el bien y el mal. El objetivo trasciende el mero saber y a lo que debe aspirar es a transmitir una sabiduría que incluya el arte de saber vivir.
Hay tres “asignaturas” que necesitan ser “explicadas, aplicadas y vividas”, si queremos formar personas en valores: “La vida, la verdad y el bien”. La vida, -“sólo viven aquellos que luchan”, decía Vítor Hugo-, se concentra en tres hermosas tareas: las de ser caminantes, sembradores y testigos. La verdad, en palabras de Jesús, nos hace libres. Y el bien, -“pasar haciendo el bien”, como Jesús-, sintetiza admirablemente la conducta de un cristiano. Tres “asignaturas” que iluminarán mentes y formarán los auténticos líderes.
La entrada “Luces en las aulas” por el sacerdote Antonio Gil apareció primero en Diócesis de Córdoba.
Fuente original: https://www.diocesisdecordoba.es/noticias/luces-en-las-aulas-por-antonio-gil