La Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios se comienza a construir a principios de los años 60 del pasado siglo según proyecto del arquitecto Roberto de Juan Valiente. En ella encontramos importantes obras de arte sacro contemporáneo como la fachada de José María Subirachs y José Luis Sánchez o las vidrieras de José Caballero.
El pintor José Caballero (Huelva, 1915-Madrid, 1991) es uno de los más importantes artistas de la vanguardia abstracta española de la segunda mitad del siglo XX. Formado en el estudio de Daniel Vázquez Díaz, colaborará con los más destacados intelectuales y artistas del momento, como Federico García Lorca, Rafael Alberti o Pablo Neruda. En su producción se reconoce una evolución que le lleva del surrealismo a la abstracción mediante un progresivo alejamiento de la figuración mediante la esencialización de las formas y la experimentación con diversos materiales y texturas.
Este desarrollo se refleja en las vidrieras de la Parroquia de los Remedios, las cuales, para su autor, no son únicamente un elemento decorativo, sino que sirven para crear un clima espiritual, para lo cual no tiene importancia la figuración, sino la luz y el color.
Las diez vidrieras fueron encargadas en 1963 por José María Morales Lupiáñez, arquitecto que trabajaba con Roberto de Juan; con ambos volvería a colaborar Caballero en la decoración del Salón de Actos de la Diputación de Huelva y en la sede de la Caja de Ahorros de Huelva.
En un fondo negro neutro que presenta diversas formas geométricas en relieve apenas perceptibles, se recortan los vidrios de colores inspirados en la tradición de las catedrales góticas. Así, encontramos colores cálidos y luminosos en las que se sitúan en el lado de la Epístola, donde predominan los rojos, morados, grises y marrones, mientras que en las del lado del Evangelio destacan los colores fríos como azules, celestes, violetas y verdes, de manera que la luz que entra en la iglesia va cambiando según avanza el sol a lo largo del día.
Para Caballero, cuya firma aparece en la última vidriera de la nave del Evangelio, las obras encargadas para iglesias le permitían ser “representativo o evocador, es decir, figurativo o abstracto”, si bien como él mismo afirmaba: “nunca soy abstracto del todo. Es una línea que no se puede llamar figurativa, pero que siempre tiene un arranque en la figuración, aunque luego las formas no sean figurativas; pero nunca soy abstracto puro”. Estas palabras pueden aplicarse a la perfección a las vidrieras de los Remedios, en las que el debate figurativo-abstracto del arte sacro queda superado al conseguir el objetivo de transfigurar el espacio de la iglesia por medio de las dos líneas de luz y color que forman las vidrieras a cada lado, focalizando el presbiterio y direccionando hacia el altar mayor, centro de la liturgia, dejando toda la carga expresiva a la luz y al color.
Fuente original: https://www.archisevilla.org/vidrieras-parroquia-de-ntra-sra-de-los-remedios/