Un espacio de oración en torno a la devoción a la Virgen de las Nieves en el centro de Sevilla desde hace más de diez siglos. Este es el concepto de fondo que ha iluminado el trabajo de restauración que se ha llevado a cabo en la iglesia de Santa María la Blanca, y que ha dado como resultado la sala expositiva que se inauguró el pasado lunes.
La transformación de la iglesia de Santa María la Blanca en la segunda mitad del siglo XVII, la raíz histórica de la devoción a la Virgen de las Nieves y una muestra del cuidado patrimonio litúrgico de esta joya del barroco sevillano, son algunos de los reclamos del pequeño museo que la Parroquia de San Nicolás ha inaugurado en el lateral de la calle Archeros.
El espacio expositivo consta de dos salas, la capitular y la del tesoro, y, en palabras del párroco, Miguel Ángel Núñez, “quiere ser un canto a la Virgen”, de tal manera que cualquier persona que visite estas estancias “tenga acceso a conocer el patrimonio, no solo histórico sino también espiritual de Santa María la Blanca, y una vez aquí también tenga ocasión de estrechar sus lazos de amor a la Santísima Virgen”.
Cromatismo oro y nieve
Fiel a la advocación que determina esta iniciativa parroquial, el cromatismo –oro y nieve- es un factor clave del qué y el cómo se expone. El visitante tampoco pierde de vista el porqué de una iglesia que debe su hechura a la corriente mariana generada en torno a María, con una dedicación vinculada a su pureza. La propia entrada está jalonada de catorce alegorías y metáforas dedicadas a la Virgen, con imágenes y textos realizados por diversos poetas y escritores contemporáneos: Hogar de lo eterno, guarida ante el peligro, nieve pura que nunca se derrite, luz de quien muere a solas…
La primera sala, la de mayor superficie, contiene vitrinas con piezas destacadas del ajuar litúrgico, así como un acceso visual (llamado Santa María Pura) a las entrañas del templo, con el muro de la obra original de 1665 y la estructura de madera que sostiene las fabulosas yeserías de la nave central de la iglesia. En las vigas se han reproducido las coplas cantadas en Sevilla durante las fiestas de la reinauguración de Santa María la Blanca. Estas fueron recogidas por el poeta y vecino del barrio Fernando de la Torre Farfán en una crónica del momento. El documento original puede contemplarse en una vitrina.
¿Nieve en Roma?
La luz del interior de la iglesia se filtra en los vidrios que decoran la zona superior izquierda de esta sala. Ahí se hace un recorrido pictórico (obra de Manuel Caliani) por la historia que determina la devoción a la Virgen de las Nieves: La leyenda de la nevada en el monte Esquilino, el 5 de agosto del año 358, durante el pontificado del papa Liberio, que da origen a la devoción a Santa María la Blanca.
Murillo y la Eucaristía
La estancia del tesoro contrasta con la grandiosidad de la que le precede, y se concibe como lugar de recogimiento. No podía faltar una referencia a Bartolomé Esteban Murillo, con la copia de La última cena y el cáliz del siglo XVII que sirvió de modelo para ese lienzo. Desde ahí se puede contemplar el interior de la iglesia, a la altura de otra copia de un Murillo, El triunfo de la Iglesia. A un lado, imposible no detenerse ante el tesoro orfebre del templo.
Recaudación para diversas actuaciones en la iglesia
Tras la jornada inaugural, con la bendición a cargo del arzobispo emérito, monseñor Asenjo Pelegrina, hubo cuatro jornadas de puertas abiertas en las que se ha visitado este museo parroquial en su horario habitual, de diez y media de la mañana a una y media de la tarde. A partir de ahí, lo que se recaude con las entradas se destinará a la restauración del retablo mayor de la iglesia, así como a las actuaciones previstas en el camarín de la Virgen de las Nieves y los pináculos de la espadaña.
Esta visión contemporánea de un legado espiritual de siglos ha sido posible gracias al proyecto del arquitecto José María Rincón, al frente del equipo de J2Edificación y Desarrollo.
Fuente original: https://www.archisevilla.org/canto-a-la-virgen-en-santa-maria-la-blanca/