Buscar una salida humanitaria que pueda ser una respuesta oportuna e integral ante el clamor de tantos hermanos que se han visto obligados a salir de su país de origen fue el llamado de Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, a los países hermanos, a las organizaciones, instituciones y a las diversas comunidades de fe, y sus fieles.
Advirtió el arzobispo de Panamá, que la actual crisis migratoria no puede ser atendida unilateralmente, tras señalar que “no podemos ser indiferentes al viacrucis que viven nuestros hermanos en esa trayectoria en busca de una mejor calidad de vida. Somos un país, que ha sido históricamente fraterno y solidario”.
Frente a la crisis migratoria el arzobispo Ulloa reconoció el esfuerzo que realiza el gobierno de Panamá, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Dirección de Migración y el Ministerio de Seguridad.
Las palabras del arzobispo Ulloa, se dieron en la reflexión en el Te Deum realizado el 3 de noviembre, en la Catedral Basílica Santa María la Antigua.
Wilyerson Quintero, uno de los estudiantes de medicina de la Universidad de Panamá, que colaboran y brindan apoyo a los hermanos migrantes en el albergue temporal ubicado en la Locería pidió “esa mano amiga del pueblo panameño para nuestros hermanos migrantes venezolanos”.
Los migrantes venezolanos que se encuentran en Panamá, solo están de manera transitoria, ya que, muchos están retornando a su países, tras las nuevas medidas migratorias impuestas por el gobierno de los Estados Unidos.
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