Matilde era descendiente del célebre capitán de los sajones en su larga lucha contra Carlomagno, como hija de Dietrich, conde de Westfalia y de Reinhild, vástago de la real casa de Dinamarca. Cuando nació en el año 895, fue confiada al cuidado de su abuela paterna, la abadesa del convento de Erfut. Allí, creció y se casó con Enrique, hijo del duque Otto de Sajonia. Después de ser nombrado duque fue elevado al trono de Alemania. Los súbditos del rey atribuyeron sus muchos logros a las oraciones de la reina. Y esta se distinguió por su humildad y caridad.
Después de veintitrés años de matrimonio, el rey Enrique murió de apoplejía, en el 936, cuando ella se enteró estaba en la iglesia entonces ella ofreció la misa y se desprendió de su joyas como muestra de que renunciaba, desde ese momento, a las riquezas del mundo.
Habían tenido cinco hijos: Otto, más tarde emperador; Enrique el Pendenciero; San Bruno, posteriormente arzobispo de Colonia; Gerberga que se casó con Luis IV, rey de Francia; y Hedwig, la madre de Hugo Capeto. Su hijo Otto la acusó de haber ocultado un tesoro y de mal gastar los ingresos de su corona para ayudar a los pobres, pero su sufrimiento más amargo fue descubrir que Enrique instigaba también contra de ella.
Matilde renunció a su herencia en favor de sus hijos y se retiró a la residencia campestre donde había nacido. La reina profetizó la muerte de su hijo Enrique y finalmente, emprendió números as acciones como la construcción del convento en Nordhausen; hizo otras fundaciones en Quedlinburg, en Engern y también en Poehlen, donde estableció un monasterio para hombres.
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