UCV, 21 Julio- El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha afirmado que el Estado que promueve el laicismo se vuelve contra el ser humano, porque no puede haber una sociedad libre, solidaria y que progrese sin Dios, durante la ponencia que ha impartido como conclusión a los Cursos de Verano de la Universidad Católica de Valencia (UCV).
El olvido y rechazo de Dios quiebra interiormente las aspiraciones del ser humano y socava las bases de la convivencia y de la dignidad inviolable de la persona. En esa ausencia se gesta la crisis moral de la actualidad, porque quien no conoce a Dios, no conoce al hombre y quien destruye a Dios, destruye la humanidad de la persona, ignorando su verdadera dignidad y grandeza, ha expuesto.
En ese sentido, el Cardenal Cañizares ha recordado que el laicismo considera intromisión abusiva que se señalen principios morales fundamentales, válidos por sí mismos, universales y que tienen su fundamento más firme en Dios creador. Así, se intenta en vano crear una sociedad moderna en la que se prescinde de la moral como si se tratase de una imposición, lo que en realidad es una exigencia del bien común.
Para el Gran Canciller de la UCV no se puede tachar de imposición moral la defensa de la vida humana en todas las fases de su existencia o defender que no se instrumentalice a ningún ser humano: La Iglesia no propugna una sociedad confesional. La fe se propone, no se impone; pero los cristianos tenemos el deber de afirmar a Dios porque así afirmamos y servimos al hombre.
El problema de nuestro tiempo es la quiebra moral y de humanidad que padecemos, unida a la ausencia de Dios del espacio humano y cultural, camuflado, además, en una religiosidad vacía. La más grande de las indigencias es la falta de Dios, sin el que el mundo es árido, abatido, sin futuro y sin salida, sin esperanza. Y solo con Dios la Tierra será verdaderamente humana y habitable, ha señalado.
No entender a Francisco «de una manera superficial»
Por otra parte, el Cardenal Cañizares ha resaltado las figuras de Francisco y Benedicto XVI, entre los que no existe ningún tipo de ruptura, sino una gran continuidad en sus pontificados: Francisco no es la ONU; no es el Papa de la caridad simplemente, como algunos quieren vender; es el Papa de la caridad de Dios, el Papa de los pobres y de la esperanza. Fijaos en cómo celebra la eucaristía, Francisco entra verdaderamente en el Misterio de Dios. El que no comprende esto, entiende a este Papa de una manera muy superficial.
Además, el Gran Canciller de la UCV ha remarcado que, junto a los pobres, la sociedad actual deja muchos descartados. Entre ellos, se ha referido a los niños y jóvenes, que son hoy como aquel que bajaba por el camino de Jericó y fue asaltado y dejado en la cuneta y ha invitado a la comunidad universitaria y a toda la iglesia diocesana a curar sus heridas a través del amor de Dios en la tarea educativa.
En la clausura de los Cursos de Verano ha participado también la rectora de la UCV, Asun Gandía, quien ha asegurado que la universidad, buscadora de la verdad, no puede dejar de hablar de Dios a todos; y ese empeño forma parte del ADN de la UCV, de su identidad.
Asimismo, Gandía ha agradecido las lecciones de los ponentes que han intervenido en los Cursos de Verano, y ha destacado el interés demostrado por los 543 alumnos participantes: Hemos podido disfrutar de la experiencia del conocimiento universitario y del contacto entre maestros y alumnos, una de las bases de la formación integral.
Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=15750&pagina=1