VALENCIA 11 JUL. (AVAN).- El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha afirmado que en una sociedad vertebrada y democrática hay que respetar y salvaguardar el derecho de libertad de expresión evitando el conflicto con otros derechos y libertades fundamentales e inviolables, correspondientes a la dignidad de la persona humana.
El Arzobispo de Valencia se ha pronunciado así durante la apertura de los Cursos de Verano y en la inauguración del curso Libertad de Expresión y Libertad Religiosa ¿Libertades Reconciliables?, organizado por la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV).
En ese sentido, el Arzobispo ha interpelado sobre si es un límite al derecho de libertad de expresión el derecho al honor de las personas. El Cardenal y Gran Canciller de la UCV, ha subrayado que con frecuencia, bien en la práctica, bien en el pensamiento o en la expresión misma, parece como si fuesen dos derechos contrapuestos, y esto puede dar lugar a situaciones de dolor, y hablo desde mi propia experiencia personal.
El Cardenal se ha preguntado, igualmente, cuando se propaga la injusticia bajo pretexto de libertad de expresión, cuando se va en contra del bien común y de la convivencia en justa paz, pregunto si se puede apelar al derecho a la libertad de expresión cuando es fuente de cercenamiento de derechos y libertades fundamentales e inviolables, correspondientes a la dignidad de la persona humana.
Testimonio personal de la Transición democrática
El Cardenal arzobispo ha señalado que puedo ofrecer mi testimonio personal y mi propia experiencia de la época de la Transición, de aquellos hombres de Iglesia que tan grandemente contribuyeron a la convivencia entre los españoles por su defensa de la libertad religiosa y la libertad de expresión, unidas inseparables, por cuanto exigía el entendimiento entre todos, la difusión de los derechos humanos, el bien común y el establecimiento de libertades en verdadera armonía.
El cardenal Cañizares ha destacado que es necesario clarificar la cuestión del derecho de libertad religiosa y el derecho de libertad de expresión, puesto que cuando se producen impunemente algunas expresiones, ¿qué espacio de defensa se deja al cristianismo, a la Iglesia, a su representantes?.
El Gran Canciller ha animado a que este curso ayude a la clarificación que deseamos y necesitamos y que la aportación bien fundada, podamos ofrecerla a la sociedad en el ánimo de contribuir a la vertebración de esta sociedad nuestra y a su construcción genuinamente democrática y en libertad para el bien común y el bien de las personas.
Por último, ha expresado su deseo de que, en conformidad con la Doctrina Social de la Iglesia, con la fundamentación en que se apoya esta doctrina sobre los derechos humanos, en Pablo VI, San Juan Pablo II, Benedicto XVI o Francisco, reconoce el derecho a la libertad religiosa como base y fundamento del edificio de los derechos humanos fundamentales inviolables. (AVAN)
Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=14115&pagina=1