Ante los hechos producidos tras la ceremonia religiosa presidida por el Cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en la Colegiata de Gandía con motivo de la Festividad de su patrón, San Francisco de Borja, y ante la sucesión de reacciones en los días posteriores, el Arzobispado de Valencia quiere realizar las siguientes manifestaciones, y con ello cerrar, esperemos definitivamente, un capítulo de divisiones y ofensas que están desgastando la convivencia del conjunto de la sociedad valenciana.

Esperamos prudencia y poner fin a una siembra de división en la sociedad valenciana que choca con los principios de libertad, tolerancia y conciliación, con los que el Arzobispo rige esta Diócesis.

La reiterada ofensa al Arzobispo Cañizares sólo puede venir de quienes no le conocen o no le quieren conocer. El mejor desmentido son los hechos, de los que damos testimonio, de lo que transmite constantemente a la Curia.

De ahí afirmamos que ya es hora de detener la distorsión de sus palabras. Respecto a los refugiados, a los que jamás ha descalificado sino apoyado más que cualquier institución, no ha escatimado en ayuda tanto personal como institucional en la Diócesis, lo que ha dispuesto en viviendas y alojamientos, medios económicos y gestiones, también en ofrecimiento de colaboración y disponibilidad a las autoridades locales y autonómicas.

Igualmente a las acciones para combatir la pobreza, las normas y criterios que promueve desde Cáritas. De igual modo, la ayuda para combatir la desigualdad social y laboral de las mujeres y, en especial, a las mujeres víctimas de la violencia machista, y a sus familias. Resultan inauditas, pues, las acusaciones de machista a un Arzobispo entregado a defender la igualdad de hombres y mujeres.

Ponemos especial énfasis en que es rotundamente falso que se haya insultado a los colectivos homosexuales; es inconcebible atribuirle tal atrocidad. Lo que no se puede es no querer escuchar que la Iglesia forma parte de la sociedad, y que ésta no haga pública su doctrina de siempre, la suya, desde la libertad religiosa contemplada en la Constitución, y además, sin fisuras, en perfecta comunión con el Papa Francisco. No se puede criticar desde la confusión de términos, desde una simplificación que es muy grave porque que lleva al riesgo de romper la autenticidad de lo dicho.

Si esta ignorancia de lo real procede de representantes públicos, debería haber elementos democráticos que limitaran acciones claramente reprobables para evitar la indefensión de quien es objeto de sus acusaciones.
En consonancia con el Arzobispo de Valencia, que aboga constantemente por los principios de reconciliación y de unidad, simple y sencillamente solicitamos prudencia y esperamos reciprocidad.
 
Arzobispado
Diócesis de Valencia

Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=14427&pagina=1

Por Prensa