En una carta publicada en el diario La Vanguardia, el arzobispo de Barcelona Mons. Juan José Omella, no dudó en romper su silencio de las últimas semanas para pronunciarse sobre el Padrenuestro blasfemo que la poetisa Dolors Miquel leyó al recibir el premio de la Ciudad Condal.
“Me gustaría romper el silencio que estos días he mantenido para no alimentar una controversia política que, de rebote, hiciera mayor la herida que ha producido a miles de barceloneses el hecho de que se programara en un acto público, organizado por el consistorio, la lectura de un poema que parafrasea con poca fortuna la plegaria central de los católicos”, afirma el Arzobispo de Barcelona.
Y es que, según recuerda Omella “el Padrenuestro es la plegaria de los sencillos, de aquellos que ponen su corazón confiado en el Padre en el Cielo”.
Pese a ello, el arzobispo no tuvo inconveniente en recordar que “a veces callar es la mejor respuesta, el mismo silencio que Jesús manifestó ante el Sanedrín”.
“Tomada esta distancia, hay que recordar que el respeto por la libertad de expresión y creación es un valor incontrovertible de nuestra sociedad, reconocido en el artículo 20 de la Constitución”, aseguró el Arzobispo.
No obstante, el máximo responsable de la Archidiócesis de Barcelona también recordó que “la libertad religiosa es un aspecto fundamental que pulsa el grado de civilización de nuestras sociedades plurales” sin olvidar que “la Iglesia no es ni quiere ser un agente político pero tiene un profundo interés por el bien de la comunidad política”.