VALENCIA, 22 MAY. (AVAN).- El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, fue ovacionado ayer a su entrada en la Catedral de Valencia por los centenares de familias valencianas que llenaron el templo en el Jubileo de las Familias convocado por el purpurado.

Las familias fueron en peregrinación desde la iglesia de San Lorenzo, donde recibieron la credencial del peregrino, y al llegar a la Seo se produjo la suelta de un centenar de globos blancos por los niños.

El cardenal acudió a la puerta santa de la Seo donde recibió a las familias que, nada más ver al Arzobispo, prorrumpieron en un aplauso.

Posteriormente, el presidente de la comisión diocesana de Familia y Vida, Juan Andrés Taléns, en el saludo inicial de la celebración, agradeció al cardenal Cañizares “en nombre de todas las familias presentes su valiente defensa de la familia cristiana en estos tiempos también de persecución”, a lo que los fieles respondieron también con otra ovación dedicada al purpurado.

También, al acabar la misa, y después de haber sido felicitado por una familia numerosa, de 11 hijos, cuyos padres le pidieron que “no se deje arredrar y siga defendiendo la familia”, el cardenal Cañizares, tras impartir la bendición, finalizó la eucaristía agradeciendo y felicitando a las familias cristianas por su testimonio. “El mundo necesita esto para renovarse, sólo podrá renovarse fortaleciendo la familia como transmisora de la fe”, señaló el prelado para concluir “¡ánimo y adelante, que no podrán, aunque quieran, derribar a la familia!”.

“En la familia se juega el futuro del hombre y de la sociedad”

En su homilía, el cardenal invitó a las instituciones a “apoyar decididamente a la familia” porque en ella “se juega el futuro del hombre y de la sociedad” y “debería ser la primera y gran prioridad mundial”, y a no ofrecer a las familias sólo “soluciones superficiales e ingenuas”. Según señaló “no ayudar a la familia es una actitud irresponsable y suicida”.

Además, la Iglesia “tiene una especial responsabilidad en esta urgencia de nuestro tiempo que es salvar a la familia, potenciarla y alentarla conforme a la verdad que la constituye” ya que esta defensa “es la base de una nueva cultura y civilización del amor y la solidaridad”.

La familia “se ha convertido en blanco de contradicción, por una parte es la institución social más valorada en la sociedad y por los jóvenes, y al mismo tiempo, está sacudida en sus mismos cimientos por graves, claras o sutiles, amenazas y sufre ataques de gran calado que a nadie se le oculta”, señaló el purpurado en su homilía.

Esta situación “es tan grave y tiene tales consecuencias para el futuro de la sociedad que se puede considerar la estabilidad del matrimonio y de la familia como, y su apoyo y reconocimiento público, como el primer problema social” junto con “la atención a los más débiles y a las periferias existenciales”.

Ante esta situación, en Arzobispo urgió a “defender la familia basada en el matrimonio único e indisoluble”, que nos abre a la “esperanza auténtica para la humanidad, tal y como expresa el papa Francisco, en continuidad total con las enseñanzas de los anteriores papas, en su exhortación apostólica `Amoris laetitia´, en la que ofrece luz y caminos para fortalecer la familia”.

Igualmente, el purpurado explicó que “la familia es santuario del amor y de la vida y existe para que cada persona pueda ser amada por sí misma y aprenda a darse y a amar”, al tiempo que subrayó que “es el lugar donde los más débiles se sienten protegidos y los que sufren, asistidos” de forma que “donde acaba la familia empieza fácilmente la intemperie, la marginación y el dolor más sensible”.

Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=13842&pagina=1

Por Prensa