VALENCIA, 22 SEP. (AVAN).- Paul Standish, director del Instituto de la Educación de la Universidad de Londres (Reino Unido), no alberga demasiadas dudas sobre el problema fundamental en los sistemas educativos de la actualidad: la formación de los docentes.
Standish, que participa en el VIII Congreso Internacional de Filosofía de la Educación -que tienen lugar en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV)- ha asegurado que las facultades de Magisterio deberían animar a los estudiantes a invertir su energía en asignaturas que amen, pues esa relación con la materia que enseñan se transmite después y más que capacidades de manejo del comportamiento, disciplina o control, eso es lo que hay que enseñar.
Hoy se realiza una formación de tipo profesional y de este modo, la mayoría de los maestros acaban enseñando a los niños para que aprueben exámenes, ha añadido.
El profesor debe estar realmente entusiasmado, implicado con aquello que enseña. No hay un solo modo de que esto suceda, pues cada maestro posee un carácter y cada asignatura tiene su relevancia, pero lo fundamental es que se perciba cuánto le importa aquello que explica a sus alumnos; y esto, en cualquier nivel de enseñanza. De esa conexión genuina con la asignatura es de donde surgen las mejores relaciones entre profesor y alumnos; al final, eso es lo que le da autoridad al docente, ha apuntado.
Para Standish tanto la educación de los maestros como los propios sistemas educativos actuales van en contra de esta mentalidad y en lugar de centrarse en la sustancia de lo que enseñan, a los maestros se les insiste en preocuparse de las notas de sus alumnos, de la corrección de los procedimientos, de aspectos formales de la enseñanza. Estamos haciendo una evasión de la educación refugiándonos en los aspectos formales.
Temor al informe Pisa
El profesor de la Universidad de Londres ha asegurado que la educación actual expresa una postura nihilista, una falta de confianza en lo que se enseña. Standish ha remarcado la gran dificultad de esta cuestión, al ir más allá de la educación.
Es un problema de nuestra era, de una cultura neoliberal que le pone precio a todo. Puntuamos cualquier cosa con números, desde el hotel en el que te alojas hasta las propias capacidades. De esta manera perdemos aquello que subrayaba Aristóteles: la calidad de la cosa en sí misma. Cuando los estudiantes escriben algo, por ejemplo, vamos rápidamente a mirar una lista de comprobación de criterios para ver si han hecho bien ese trabajo. Olvidamos, por tanto, que cualquier criterio necesita también de una interpretación, de un juicio, ha indicado.
De igual modo, Standish ha afirmado que existe un clima de temor entre los maestros y directores de colegios a causa del continuo cambio de las leyes educativas, y del informe PISA: La comparación entre países debería ser muy fructífera; podemos aprender unos de otros. Pero cuando se compara de una manera competitiva, ello impide que se compartan las mejores prácticas educativas. Además, PISA utiliza una medida estándar que no se corresponde con la variedad de las maneras de educar en todo el mundo.
Alfonso López Quintas
Hoy jueves, a las 17.30 hora, interviene en el congreso el filósofo y pedagogo Alfonso López Quintás, catedrático emérito de la Universidad Complutense y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.(AVAN)
Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=14358&pagina=1