El Papa Francisco no dudó en recordar cuáles son las grandes virtudes que debe tener un sacerdote en la inauguración que realizó de la 69° Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana.
Y es que, dedicada a la “renovación del clero”, el discurso que el máximo representante de la Iglesia realizó giro entorno a la reciente celebración de Pentecostés para posteriormente recordar a los allí presentes las características que debe tener un buen sacerdote.
“El sacerdote es como Moisés que se acercó al fuego y dejó que las llamas quemen sus ambiciones de carrera y poder, e hizo una fogata también de las tentaciones de interpretarse como un ‘devoto’ que se refugia en un intimismo religioso que de espiritual tiene bien poco”, afirmó el argentino.
No obstante, el Santo Padre también quiso recordar que “no se escandaliza por las fragilidades que agitan el alma humana” puesto que según explicó “sabe que el Amor es todo”.
“No busca seguridades terrenas o títulos honoríficos que lo lleven a confiar en el hombre (…). Su estilo de vida simple y esencial, siempre disponible, lo presenta creíble a los ojos de la gente y lo acerca a los humildes, en una caridad pastoral que hace libres y solidarios”, reconoció en sus palabras.
De hecho, tal y como admitió “el sacerdote es “siervo de la vida, camina con el corazón y el paso de los pobres”, algo que según recordó lo convierte en “un hombre de paz y reconciliación, un signo e instrumento de la ternura de Dios”.