El Misal Romano es uno de los libros litúrgicos más importantes de la celebración de la Iglesia, texto indispensable para la celebración de la Sta. Misa. En él, la parte fundamental está compuesta por las oraciones que se necesitan para la celebración de la Eucaristía, pero, además, se describen los ritos que se desarrollan durante la misma (gestos, movimientos, posturas, etc?) y quiénes intervienen en cada ocasión (celebrante, concelebrante, acólito, lector, salmista?).Tanto las oraciones como los ritos contenidos en el misal actual son herencia de la larga historia litúrgica de la Iglesia en sus diversos tiempos, momentos, sensibilidades espirituales y acentos teológicos.La tercera edición del Misal Romano es la continuadora de las otras dos publicadas después del Concilio Vaticano II (en el año 1970 y 1988 respectivamente) y se sitúan en línea de continuidad con ellas. No obstante, la presente edición significa un notable enriquecimiento en relación a las precedentes; en efecto, la tercera edición ofrece una traducción al castellano con abundantes cambios de expresión, retoques, precisiones; todo ello para preservar la fidelidad al texto latino original del año 2008. Así mismo, también se ha enriquecido las rúbricas para facilitar su comprensión y desarrollo dentro de la celebración.MONICIÓN ?PRO MULTIS?El I Domingo de Cuaresma comienza a usarse en toda España una nueva edición del Misal Romano, la tercera desde el Concilio Vaticano II, que incluye, entre otras novedades, una nueva traducción al español de la fórmula latina de la consagración del cáliz.La Santa Sede ha mandado que, en lugar de decir, como hasta ahora, ?éste es el cáliz de mi sangre ? que será derramada por vosotros y por todos los hombres?, se diga: ?éste es el cáliz de mi sangre ? que será derramada por vosotros y por muchos?.Que no nos extrañe, por tanto, este cambio, a partir de hoy, en el momento de la Consagración.¿Por qué este cambio?En primer lugar, quede claro que no existe duda alguna en relación a la validez de las Misas celebradas hasta ahora utilizando la fórmula aprobada debidamente.Cuando la misa sólo se podía celebrar en latín, la fórmula de la consagración, utilizada en el Rito Romano desde los primeros siglos, decía, y dice, ?pro vobis et pro multis?, que es la traducción al latín de las palabras del Nuevo Testamento, originalmente escrito en griego (cf. Mt 26,28 y Mc 14,24). Cuando en los años sesenta del siglo pasado se autorizó la Misa en español, las palabras latinas de la consagración ?et pro multis? se tradujeron por la expresión ?y por todos los hombres?, que, aunque respetaba teológicamente el sentido de la frase, no era una traducción exacta de las palabras del Señor, sino una interpretación de las mismas. Lo que se pretendía entonces con esa traducción era dejar clara la universalidad de la voluntad salvífica de Jesús, aunque para ello no se respetaran exactamente sus palabras. La fórmula aprobada «por todos» era indudablemente una interpretación precisa de la intención del Señor expresada en el texto, aunque no fuera una traducción exacta de sus palabras.Pero, puesto que Jesús, al instituir la Eucaristía usó la expresión ?por muchos?, en esta nueva edición del Misal se ha querido respetar con fidelidad sus palabras.Por ello, no debemos interpretar este cambio como un deseo de excluir a nadie de la salvación, como si Cristo no hubiera muerto por todos. ?La Iglesia, siguiendo a los Apóstoles (cf. 2 Co 5, 15; 1 Jn 2, 2), enseña que Cristo ha muerto por todos los hombres sin excepción: «no hay, ni hubo ni habrá hombre alguno por quien no haya padecido Cristo» (Concilio de Quiercy, año 853: DS, 624)? (Catecismo 605).Entonces, podemos preguntarnos, si Jesús realmente ha muerto por todos, ¿por qué en las palabras de la Ultima Cena él dijo «por muchos»? La razón verdadera y propia consiste en que, con esto, Jesús se ha hecho reconocer como el Siervo de Dios profetizado en Isaías 53, 11 ?Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos?. Al decir ?muchos?, Jesús ha mostrado ser aquella figura que la palabra del profeta estaba esperando.Tampoco la expresión «por vosotros» restringe la salvación a los que entonces y en aquel lugar estaban allí presentes, sino que es una concretización que se extiende al pasado y al futuro, y que se refiere de manera totalmente personal a cada uno de los que celebramos la eucaristía, y nos une concretamente al amor de Jesús. Nosotros, que estamos aquí reunidos, somos conocidos y amados por Jesús en cuanto tales.La expresión «por muchos», mientras que se mantiene abierta a la inclusión de cada persona humana, refleja también el hecho que la salvación no ocurre de forma automática sin la participación o voluntad propia de cada persona; más bien, se invita al creyente a aceptar en la fe el don que se ofrece y a recibir la vida sobrenatural que se da a aquellos que participan en este misterio y a vivir así su vida para que sean contados entre los «por muchos», a quienes se refiere el texto (Cf. Carta del Card. Arinze).Consecuencias:1.- En primer lugar, para nosotros, que somos de ?los muchos? que podemos sentarnos a su mesa, debería significar sorpresa, alegría y gratitud, porque él me ha llamado, porque puedo estar con él y puedo conocerlo. «Estoy agradecido al Señor, que por gracia me ha llamado a su Iglesia??2.- En segundo lugar, significa también responsabilidad. Los muchos tienen responsabilidad por todos. Cómo el Señor, a su modo, llegue a los otros ?a «todos»? es a fin de cuentas un misterio suyo. Pero, indudablemente, es una responsabilidad el hecho de ser llamado por él directamente a su mesa, de manera que puedo oír: «por vosotros», «por mi», él ha sufrido. La comunidad de los muchos debe ser luz en el candelero, ciudad puesta en lo alto de un monte, levadura para todos.3.- Tercer aspecto. En la sociedad actual tenemos la sensación de no ser en absoluto «muchos», sino muy pocos, una pequeña multitud, que se reduce continuamente. Pero no, somos «muchos»: «Después de esto vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lengua», dice el Apocalipsis de Juan (Ap 7,9). Nosotros somos muchos y representamos a todos.En resumen:El respeto reverencial de la Iglesia por la palabra de Jesús y la fidelidad de Jesús a la palabra de la «Escritura» (Is 53), esta doble fidelidad, es la razón concreta de la fórmula «por muchos».En esta cadena de reverente fidelidad, nos insertamos nosotros hoy con la nueva traducción literal de las palabras de la Escritura.El texto de esta edición es el resultado de un largo trabajo de revisión y actualización y obtuvo la aprobación de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española el 21 de abril de 2010. El pasado 8 de diciembre de 2015 la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos confirmaba este texto en lengua española para España de la tercera edición del Misal RomanoPor decreto del presidente de la Conferencia Episcopal Española esta edición del Misal entrará en vigor a partir de las misas vespertinas del domingo I de Cuaresma próximo (el sábado 4 de marzo de 2017), y su uso será obligatorio a partir de ese momento en todas las misas que se celebren en lengua española en las diócesis de España, no pudiendo usarse antes. Estas medidas vienen dadas por el hecho de que, como es sabido, y por mandato de la Santa Sede, se modifica la fórmula de consagración del cáliz. Mensaje de la Comisión Episcopal de Liturgia CELEBRAR LA EUCARISTÍA CON EL MISAL ROMANO EN SU TERCERA EDICIÓNExplicación del Papa Benedicto XVI sobre la traducción de Pro Multis
Fuente original: http://www.obispadodecadizyceuta.org/noticia/proximo-domingo-estrenaremos-nueva-traduccion-misal-romano