Ante el conocido popularmente como altar de plata de la catedral de Sevilla tienen lugar los acontecimientos más importantes de nuestra Archidiócesis, como la ordenación de los nuevos obispos auxiliares, desde que a partir del Jubileo del año 2000 fuera instalado de modo permanente ante la puerta de la Concepción.
El trono de Octavas tal como actualmente se conserva, se levanta sobre una mesa cubierta por un frontal textil, sobre la que se dispone un banco de plata apaisado, coronado por una cornisa ondulante, que presenta el sagrario en el centro y en cuyos extremos laterales aparecen las esculturas de san Isidoro y san Leandro, ambas fechadas en 1740 y atribuidas a Pedro Duque Cornejo y Manuel Guerrero y reformadas en 1772 por Cayetano de Acosta y Fernando de Cázeres. En el centro, encima del sagrario, se dispone la hermosa imagen de la Virgen de la Granada, proveniente de la capilla catedralicia del mismo nombre, obra anónima fechable en torno a 1721. Tras la Virgen, emerge la gran peana, denominada ciprés, escalonada y con placas y cornisas superpuestas de perfiles sinuosos, cuya parte superior parece dividirse en tres, presentando a los lados unos ángeles sosteniendo unas velas, los cuales al separarse del eje central dan la impresión de que parecen volar, mientras que en el centro, el último cuerpo lo conforma la peana con dos ángeles orantes sobre la que se colocaba el Santísimo, y que da paso a la gran custodia de doble ráfaga de rayos ondulantes y lisos, que salen de sendas aureolas de nubes y querubines a modo de rompimiento de gloria, con detalles sobredorados. El profesor Antonio Joaquín Santos relaciona esta monumental ráfaga con otras obras de Laureano de Pina, como la custodia de la parroquia de San Miguel de Jerez de la Frontera, de 1689.
Todo el gran conjunto se remata por la corona imperial de crestería calada, que presenta una decoración vegetal y floral, así como ángeles y que culmina en el orbe con la cruz.
Finalmente, hay que señalar que también se conserva el frontal del lado izquierdo del trono de octavas, actualmente cubriendo la mesa de altar de la capilla mayor de la Catedral. Presenta en su centro una cartela con el tema de los frutos de la tierra de promisión, del Libro de los Números (10, 24), mientras que en los laterales aparecen dos cartelas con las representaciones de san Hermenegildo y san Fernando. Se terminó en 1739, siendo obra del maestro platero de la Catedral Manuel Guerrero de Alcántara.
Este colosal trono de octavas es exponente de la importancia que la Eucaristía adquirirá tras el Concilio de Trento, mostrando a los fieles el Santísimo Sacramento en una especie de aparición gloriosa entre nubes, ángeles, santos y rayos, reforzada esta idea por el fulgor de la plata y el oro.
Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural
Fuente original: https://www.archisevilla.org/el-trono-de-octavas-de-la-catedral-de-sevilla-ii/