Celebrado el Vía Crucis de las Hermandades junto a la imagen de Jesús del Buen Suceso, cuya hermandad celebra medio siglo de vida
Foto.- Hermandad del Buen Suceso
A las siete y media de la tarde, la imagen de Jesús del Buen Suceso llegaba a la Santa Iglesia Catedral donde el Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, el Deán-Presidente del Cabildo de la Catedral, Joaquín Alberto Nieva y el Canónigo Arcipreste, José Ángel Moraño, recibían el cortejo junto a la Presidenta de la Agrupación de Hermandades, Olga Caballero, y el Consiliario de la hermandad, el sacerdote José Luis Moreno. Comenzaba así el Vía Crucis Penitencial de las Hermandades, pórtico de una cuaresma que conducirá hasta la Semana Santa de esplendor definitivo tras la pandemia.
La venerada imagen de Jesús del Buen Suceso ha recorrido las naves de la Catedral deteniéndose en cada una de las quince estaciones ante representantes de las hermandades de Córdoba. Con la décimo quinta estación, ha llegado Jesús del Buen Suceso a los pies del altar Mayor donde se han congregado numerosos asistentes junto a miembros de las Juntas de Gobierno. El Obispo de Córdoba, se ha dirigido a todos resaltando “este acto piadoso que nos introduce de lleno en la Cuaresma” y agradeciendo la organización que ha sumado solemnidad. A los costaleros les ha preguntado, “¿qué sientes cuándo portas a Jesús?” y ha proseguido asegurando que un acontecimiento como este queda grabado “en vuestra alma, querido jóvenes” y los ha invitado a acercarse al sacramento del perdón durante la Cuaresma para recibir “bien dispuestos” la comunión, que es alimento de vida eterna.
El prelado se ha detenido en el significado del Buen Suceso que representa el encuentro de la Virgen María con su hijo camino de la cruz, un hecho que permite que Jesús se “encuentre con la mirada, el cariño y la compañía de su madre y su madre encuentre en él la fortaleza y el ánimo ante su entrega a todos los hombres”. El Obispo ha invitado en esta cuaresma “que nos encontremos con Jesús, porque encontrarnos con Jesús es encontrarnos con su madre” y ha pedido a todos los portadores de la sagrada imagen que “encontréis ese consuelo que María encontró en Jesús”. El acto ha terminado con una oración y la bendición impartida por el Obispo de Córdoba.
Oración y silencio solemne
En este Vía Crucis Penitencial de las Hermandades ha estado presente la oración y el silencio y cada una de las estaciones ha sido encomendada a una hermandad cordobesa, mientras el Coro y Orquesta Auxilium Christianorum del Santuario de María Auxiliadora ha entonado los cantos, así como el traslado de la sagrada imagen desde la Parroquia de San Andrés hasta el principal templo de la Diócesis. La salida de la Catedral y el su regreso a su sede canónica ha contado con el acompañamiento de la baanda de Nuestra Señora de la Estrella de Córdoba, que ha llenado de sones las calles de la ciudad.
La imagen del Señor del Buen Suceso ha sido trasladada hasta la Mezquita –Catedral de Córdoba sobre el paso cedido por la hermandad del Cautivo de Espejo, realizado por Antonio Castillo Lastrucci, con unos ángeles obra de Francisco Buiza.
La hermandad del Buen Suceso cumple medio siglo desde su fundación, por esta razón fue elegida este año por la Agrupación de Cofradías para presidir el vía crucis conjunto de las hermandades de la ciudad.
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