Durante la última semana, catorce jóvenes de la Archidiócesis de Sevilla, procedentes de distintas parroquias y grupos pastorales, han participado en el Campo de Trabajo organizado por la Pastoral Juvenil en colaboración con Cáritas Diocesana. Una experiencia que han vivido, según cuentan, “con la mirada y el corazón puestos en el lema de Campaña de Cáritas: Somos los que damos, somos amor“.
Ellos mismos cuentan sus experiencias a continuación:
“Nos hemos alojado en la Casa de Cursillos de Cristiandad de San Juan de Aznalfarache y, desde ahí, cada mañana, nos hemos desplazado a Sevilla para realizar nuestro voluntariado, divididos en cuatro grupos para conocer y colaborar en los siguientes proyectos: acompañamiento a personas mayores, Onna Adoratrices, Villa Teresita y el Proyecto Nazaret.
En el acompañamiento a las personas mayores de Cáritas, hemos visitado diferentes hogares para pasar unas horas con personas mayores que, por un motivo u otro, viven y se encuentran solas. Hemos tenido la fortuna de escuchar unos testimonios de vida muy valiosos, que son todo un ejemplo de sacrificio y de superación. Durante estas visitas, hemos intentado ofrecerles comprensión y compañía y transmitirles alegría y esperanza.
El proyecto Onna Adoratrices trabaja con mujeres extranjeras que han sido víctimas de situaciones como trata, violencia de género o prostitución. La mayoría de las chicas provienen de países donde no se habla español, así que dedicábamos gran parte del tiempo a darles clases para que aprendiesen el idioma. Además, hicimos otras actividades con ellas, como una salida al parque de María Luisa.
Por su parte, en Villa Teresita hemos trabajado con chicas con perfiles muy parecidos a los del proyecto anterior. Hemos compartido ratos con ellas y con sus hijos en la casa, en la cocina y en diferentes salidas por la ciudad. También nos prepararon una comida para almorzar con ellas como si fuéramos de la familia.
Y, por último, en el proyecto Nazaret, hemos participado en su centro de formación apoyando las clases de español, matemáticas e inglés a migrantes. Hemos trabajado mano a mano con estos chicos, hemos visto cómo se superaban en las clases cada mañana y hemos conocido sus difíciles y complicadas historias de vida y todo lo que han sufrido hasta llegar aquí. Cuando llegaba la hora de comer, volvíamos de nuevo a la casa de San Juan. Nos quedaba toda una tarde cargada de actividades, dinámicas, ponencias de diferentes invitados, etc.
Nos han acompañado diferentes trabajadores y voluntarios de Cáritas que nos han hecho conocer en profundidad qué es esta institución, poner rostro a parte del equipo humano que hace que este sueño sea posible y a algunas de las personas que necesitan pasar por sus proyectos. Además, con otros invitados hemos profundizado en temas como la importancia de la oración. Para concluir el día, celebrábamos la Eucaristía. Antes de irnos a dormir, teníamos una oración en la que pasábamos por nuestro corazón a todas las almas con las que habíamos estado en el día y dábamos gracias al Señor por todo lo vivido.
Uno de los días más significativos fue el sábado: tuvimos la oportunidad de compartir un día de convivencia en una piscina con algunos de los chicos y chicas del proyecto Nazaret. Hubo tiempo para baños, para juegos de cartas y, sobre todo, para que todos nos conociéramos. ¡Disfrutamos muchísimo! En definitiva, ha sido una gran experiencia para cada uno de nosotros.
Está claro que hemos intentado darnos a los demás, pero lo que está más claro aún es que hemos recibido mucho más. Hemos aprendido muchísimo sobre todas las realidades y personas con las que hemos tratado y hemos sido conscientes del gran regalo que es Cáritas y todas las personas que están detrás de ella, personas que están llenas de Dios por completo. ¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!”
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Fuente original: https://www.archisevilla.org/experiencias-del-campo-de-trabajo-de-la-pastoral-juvenil/