Imitar a Jesús

El próximo jueves 29, fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo, es también el Día del Papa. Como sabéis, el papa Francisco recibió el pasado 5 de junio en audiencia privada a la Comisión Ejecutiva que prepara el Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular en Sevilla, el mes de diciembre del próximo año. Allí pudimos informarle ampliamente de los proyectos, de los trabajos y preparativos, y también escuchamos sus orientaciones. Pudimos comprobar, una vez más, que el Santo Padre tiene en alta consideración la piedad popular, que valora en gran medida su fuerza evangelizadora. Nos recordó la importancia de la evangelización de la cultura y de la inculturación de la fe.

El encuentro fue muy entrañable, muy paternal y cercano por parte del Santo Padre, con mucha confianza, e incluso con alguna confidencia, por lo cual salimos llenos de entusiasmo y esperanza. Dos días después, el 7 de junio, al finalizar la audiencia general, se dirigió hacia el hospital Gemelli para ser sometido, bajo anestesia general, a una laparotomía y cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis. Afortunadamente, nueve días después ha recibido el alta. Con su buen humor habitual se dirigió a los medios diciendo: “Estoy todavía vivo”, y también expresó su profundo dolor por los migrantes fallecidos en el naufragio frente a las costas de Grecia.

He recordado con ese motivo una anécdota de la vida del papa Francisco, de cuando era joven. En torno a sus veinte años, el joven Jorge Mario estuvo muy enfermo de los pulmones. Le diagnosticaron una pulmonía grave. Al detectarle tres quistes, cuando su estado fue controlado y pasó un tiempo prudencial, tuvo que ser sometido a una ablación de la parte superior del pulmón derecho.

Él mismo explica en un libro-entrevista que le molestaban las palabras de circunstancias que muchos le decían, tales como “esto va a pasar” o “qué bonito será cuando vuelvas a casa”. Hasta que una visitante fue más allá de los tópicos habituales y, en definitiva, fue la que realmente le reconfortó. Era una religiosa a la que siempre había recordado desde que le había preparado para recibir la primera comunión, la hermana Dolores. “Me dijo algo que me quedó muy grabado y que me dio mucha paz: ‘Estás imitando a Jesús”. Esta fue una lección excelente de cómo hacer frente cristianamente al dolor”. Y es que todo intento por soportar el dolor dará resultados parciales si no se fundamenta en la trascendencia, en el misterio de Cristo. Según el Papa, “ante el dolor lo que la gente necesita es saber que alguien le acompaña, que respeta su silencio y que reza para que Dios entre en ese espacio que es pura soledad. Ante una vida que se apaga, yo enmudezco. Lo único que me sale es quedarme callado y, según la confianza, cogerle la mano”.

Recemos por el Santo Padre y sus intenciones. La oración es nuestra fuerza principal en todos las órdenes; en la oración recibimos la fuerza para superar los obstáculos en el camino de la vida; por la oración nos mantenemos en comunión con Dios y con los hermanos. Hoy pedimos especialmente para que el Señor le asista en su ministerio petrino –de sucesor de Pedro- que consiste en confirmar a los hermanos en la fe, presidirlos en la caridad, mantenerlos en la unidad. Nuestro buen Papa Francisco tiene por delante una misión inmensa y profunda. Todas las personas que amamos a la Iglesia Católica y todas aquellas que tengan una seria preocupación por el futuro de nuestro mundo, haremos bien en rezar para que su trabajo incansable en orden a la transmisión de la fe, a la construcción del Reino de Dios en la tierra, a la promoción de la justicia, la paz y la fraternidad, pueda llegar a buen puerto.

+ José Ángel Saiz Meneses
Arzobispo de Sevilla      

Carta Dominical| Imitar a Jesús (25-06-2023) 125.26 KB

Fuente original: https://www.archisevilla.org/carta-dominical-imitar-a-jesus-25-06-2023/

Por Prensa