La Reina de la Paz ya ha sido coronada canónicamente por el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández
La historia de las cofradías de Córdoba escriben hoy una nueva página centrada en la corporación del Miércoles Santo. Una página donde la titular de la misma, María Santísima de la Paz y Esperanza es la protagonista tras haber sido coronada canónicamente por el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, en el templo principal de la Diócesis.
Se planteó en 2019 y ha llegado en 2022. La pandemia impidió que la Virgen pudiera ser coronada el 11 de octubre de 2020, pero no ha impedido que dos años después haya sido con el mismo fervor y devoción que estaba previsto. Cofrades y devotos de Nuestra Señora de la Paz y Esperanza han acudido este sábado, 15 de octubre, a un acontecimiento histórico, la coronación canónica de la Virgen de la Paz.
Ante unas naves repletas de fieles, monseñor Demetrio Fernández ha coronado a una de las imágenes de mayor devoción en la ciudad, la “Reina de la Paz”, haciendo realidad un sueño para muchos de sus devotos y convirtiendo a la Virgen en la cuarta dolorosa coronada de Córdoba, tras Nuestra Señora de los Dolores, Nuestra Señora de las Angustias y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos.
Una expresión de amor a la Virgen
Ataviada con su nueva saya y engalanada con multitud de regalos recibidos, el Obispo ha ensalzado la figura de esta imagen de la Madre de Dios.
Monseñor Demetrio Fernández ha calificado esta celebración como un momento que quedará grabado en la historia de la Hermandad y de la ciudad de Córdoba, “el día en que María Santísima de la Paz y Esperanza fue coronada canónicamente en nombre de la autoridad máxima de la Iglesia, el Papa Francisco”.
Aunque han sido dos años de espera, el prelado ha asegurado que “con este tiempo ha crecido el deseo y la preparación para un momento tan importante en nuestra vida cristiana como este en el coronamos a nuestra Madre del cielo, que es reina y reina de la paz”. “Surge un deseo grande de paz hoy muy actual, porque los hombres por unas razones y por otras nos integramos en la guerra”, ha expresado el pastor de la Diócesis recordando también que “María Santísima de la Paz y Esperanza nos va indicando siempre que este Reino de Dios es un reino de justicia y de paz y que en esta ocasión, el nombre que ha recibido la Virden de sus devotos, refleja que Ella da esperanza y paz al que se acerca a ella”. “Es un nombre muy sugerente y nos lleva a pedirle la paz a Dios en nuestros días, en nuestros corazones, una paz que viene cuando estamos en paz con Dios”, ha explicado.
Asimismo, el Obispo ha pedido la paz mundial, “que no será nunca fruto solo del consenso de los humanos, líderes de las naciones, etc, sino que ya el Concilio Vaticano II nos recuerda que la paz es un don de Dios y por eso hay que pedírselo a Dios y ninguna intercesora mejor que María Santísima de la Paz”.
Igualmente, el prelado ha resaltado la importancia de la oración aludiendo a la liturgia de este domingo: “La oración cristiana no es automática, sino que hay que insistir, no porque Dios sea tacaño o no conozca nuestra necesidades, sino que a base de insistir se va preparando nuestro corazón para recibir lo que Dios nos quiere dar y lo hacemos también por intercesión de la Virgen María”.
Refiriéndose a la corona y a sus doce estrellas, monseñor Demetrio Fernández ha explicado la importancia de este gesto. “Cuando depositemos la corona en su cabeza, brotará la alegría de todos de ver coronada a una Madre con una corona que es como un beso de amor a nuestra Madre del cielo”, ha aclamado.
Al hilo de esto, ha culminado su homilía recordando que “María Santísima no se queda en el homenaje, en las flores, la música y demás, que son cosas que se agradece porque es fruto del amor, sino que nuestra Madre siempre tiene en su cabeza a sus hijos más necesitados” y, en este sentido, ha agradecido el compromiso de la hermandad con la comunidad “Rescatados de María”. “Un acto de amor y devoción a la Virgen debe incluir siempre un acto de amor a los más pobres, una expresión de caridad visible porque a la Virgen le gusta que nos acordemos de sus hijos más necesitados”, ha expresado.
La procesión
Una vez coronada la Virgen con este diseño del orfebre Manuel Valera, las puertas de la Catedral se abrieron para que el palio de la Dolorosa de Capuchinos comenzara la procesión por las calles de la ciudad, unas calles rebosantes de fieles y decoradas para este gran momento de la corporación del Miércoles Santo.
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