VALENCIA, 12 AGO. (AVAN).- La Iglesia celebra mañana sábado, la festividad litúrgica del beato Santiago Gapp, sacerdote austriaco de la Compañía de María, que fue decapitado en Berlín en 1943 tras ser localizado por la Gestapo en Valencia, a donde había huido perseguido por el régimen nazi. Este año se cumple, además, el 20 aniversario de su beatificación por el papa San Juan Pablo II en 1996.

Los religiosos marianistas celebrarán mañana misas en su honor en sus comunidades, entre ellas en el colegio del Pilar, de Valencia, donde fue acogido y dio clases, y donde su figura ha sido presentada este curso a todos los alumnos de Bachillerato, “tanto en clase de Historia como en ejercicios espirituales, como modelo de fe”, según ha indicado a la agencia AVAN el sacerdote marianista José María Salaverri, de la comunidad del colegio del Pilar.

Gapp llegó a Valencia en 1941 y ejerció como capellán en el Colegio del Pilar donde dio clases de alemán y latín, ha añadido Salaverri, autor de la biografía “Santiago Gapp, pasión por la verdad frente al nazismo”.

Himmler: “Con un millón de Jakobs Gapp, pero nuestros, dominaríamos el mundo”

Jakob Gapp (o Santiago Gapp) nació en Wattens (Austria) en 1897 y, tras combatir en la Primera Guerra Mundial en el ejército austríaco, ingresó en la Compañía de María y fue ordenado sacerdote.

Huyó de su país perseguido por la Gestapo en 1939 “por sus contundentes críticas contra el racismo de Hitler, que plasmaba en sus homilías” y tras pasar por Burdeos llegó a Valencia en 1941.

Un año después dos jóvenes alemanes, que dijeron ser hermanos judíos perseguidos por los nazis, fueron al colegio del Pilar a pedirle ayuda “y estableció con ellos una sólida amistad e inclusó les preparó para el Bautismo”.

Días antes del Bautismo, Gapp fue invitado por los dos amigos a viajar con ellos a San Sebastián y desde allí, “mediante engaños, le hicieron pasar a Hendaya, en Francia, donde fue apresado por la Gestapo, a la que pertenecían los dos falsos judíos”, ha explicado Salaverri.

Por último, fue conducido a París y luego a Berlín, “donde hizo continua profesión de su fe mientras era interrogado, hasta que finalmente fue decapitado el 13 de agosto de 1943 tras ser condenado a muerte por un tribunal popular”, según Salaverri.

El caso de Gapp “impresionó al propio Heinrich Himmler, máximo responsable de la Gestapo, que aseguró que ´con un millón de Jakobs Gapp, pero de nuestra ideología, dominaríamos el mundo`”, añade.

En el proceso de beatificación del marianista “fue clave el testimonio de uno de los torturadores nazis, el antiguo pastor protestante Karl Neuhaus, ante la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano”, ha precisado el autor de la biografía del beato. Sus reliquias son veneradas en Innsbruck.

(En las imágenes, el sacerdote Jakob Gapp, arriba, y el marianista José María Salaverri, abajo, en una imagen de archivo)

Fuente original: http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=6&pad=6&modulo=37&id=14230&pagina=1

Por Prensa