El 8 de septiembre se han cumplido 500 años del retorno de la expedición que completó la primera circunnavegación. Como relata el cronista del viaje, Antonio Pigafetta: “El lunes 8 de septiembre largamos el ancla cerca del muelle de Sevilla (…). El martes bajamos todos a tierra en camisa y a pie descalzo, con un cirio en la mano, para visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y la de Santa María la Antigua, como lo habíamos prometido hacer en los momentos de angustia”.
La imagen de la Virgen de la Victoria, que preside desde 1855 la Capilla de Santa Bárbara en la Real Parroquia de Señora Santa Ana de Triana, data de principios del siglo XVI. Presenta gran frontalidad, destacando su belleza clásica, propia de los parámetros estéticos de la imaginería sevillana del siglo XVI, así como la elegancia de todo el conjunto. Aparece sentada sosteniendo al Niño Jesús en su regazo con gran ternura, siguiendo un esquema compositivo que parece derivar de la Virgen de la Victoria Patrona de Málaga, escultura de finales del siglo XV atribuida a Jorge Fernández.
El Niño, por su parte, nos bendice con la mano derecha, mientras que con su izquierda sostiene la bola del mundo, atributo del Salvador que, en esta imagen vinculada a la primera vuelta al mundo, adquiere un doble significado.
A causa del incendio que asoló el Convento de la Victoria en 1704, algunos historiadores dudan que esta imagen sea la original. Sin embargo, es probable que tras el incendio, la imagen original tuviera que ser intervenida, lo que explicaría que perdiera parte de su fisonomía de principios del XVI, conservando sin embargo un cierto arcaísmo.
Lo que sí sabemos es que ha sufrido diversas restauraciones que en mayor o menor medida han alterado el original. Así, en el siglo XVIII la imagen fue mutilada en la zona de los ropajes para ser vestida con telas. Ello motiva que en 1922, con motivo precisamente del IV centenario de la llegada de la expedición, la imagen fuera restaurada debido a su mal estado de conservación, restituyendo los volúmenes perdidos mediante telas encoladas y policromadas, interviniéndose también en las encarnaduras de la Virgen y del Niño. Con anterioridad a esta restauración de 1922, el Niño descansaba sobre la pierna izquierda de la Virgen, como en la imagen homónima malagueña, en lugar de en el centro como lo vemos ahora. Con motivo del V centenario de la partida de la expedición, celebrado en 2019, esta escultura ha formado parte de la gran exposición organizada en el Archivo de Indias, motivo por el cual fue restaurada de nuevo, en esta ocasión por Agustín Martín de Soto y Antonio Gamero Osuna, intervención que recuperó la policromía original de las encarnaduras del rostro de la Virgen y del cuerpo del Niño, en el cual salió a la luz de nuevo el color dorado de su cabellera.
Antonio R. Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural
La Virgen de la Victoria, en el V Centenario de la primera circunnavegación (1)
La Virgen de la Victoria, en el V Centenario de la primera circunnavegación (2)
Fuente original: https://www.archisevilla.org/la-virgen-de-la-victoria-en-el-v-centenario-de-la-primera-circunnavegacion-3/