La mejor forma de revivir la Pasión de Cristo es a través de los más pobres y necesitados, hombres y mujeres que vemos por las calles todos los días, expresó Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, este Viernes Santo al realizar el Vía Crucis con las personas en situación de calle y trabajadoras sexuales del Centro Integral San Juan Pablo II.
En este Viernes Santo, segundo día del Triduo Pascual, el arzobispo Ulloa pidió por la paz, especialmente en los países en conflictos y crisis como Rusia, Nigeria, Siria, Ucrania, Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Los participantes en este séptimo Vía Crucis, de Viernes Santo, lo ofrecieron por todos los niños y personas condenadas a muerte por los ataques terroristas y conflictos armados; los condenados injustamente como monseñor Rolando Álvarez de Nicaragua, por la desigualdad, la pobreza, el poder autoritario de muchos gobernantes; y claman al Señor su misericordia infinita para que cese el terrorismo, la prostitución, el aborto y a venganza.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, destacó que los cristianos no nos quedamos en el Viernes Santo, sino que celebramos mañana en la Vigilia Pascual, lo más grande que es la Resurrección de Jesús.
Ariel López, director del Centro Integral San Juan Pablo II, explicó que el Vía Crucis este año inició en el Parque Porras, pasó por la Basílica Menor Don Bosco hasta llegar a la sede principal del Centro Integral San Juan Pablo II, finalizado con un almuerzo y cortes de cabellos. Actualmente, el centro atiende a unas 38 personas en el albergue y alrededor de 50 personas en la calle.
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