Memorias leídas por la Comunidad de Carmelitas Misioneras de Es Cubells, durante la Eucaristía en honor al Beato Fco. Palau y Quer en la esplanada del Sabinar, frente a Es Vedrá, el domingo 22 de mayo a las 19h.
Hoy 22 de Mayo, en el mes de María, la Iglesia y particularmente Es Cubells, celebramos la Eucaristía de este Jubileo, los 150 años de la muerte de Fco. Palau. Juntos recordamos su Obra en esta explanada ante el Vedrá, presidiendo la Celebración D. José Martínez Franco.
El Beato Francisco Palau y Quer quiso vivir para Dios y entró muy joven en el Convento de los carmelitas de Barcelona, en unos años de luchas políticas en la península entre liberales y carlistas. Muchos religiosos fueron asesinados y el P. Palau se vio obligado a vivir como exclaustrado, es decir, sería carmelita sin convento. Continuaron las guerras y se hizo preciso el exilio. Salieron muchos sacerdotes de España a Francia, huyendo. Después de un largo periodo de permanencia en Francia, 11 años, viviendo como ermitaño, regresó en 1851 a Barcelona y se dedicó al ministerio de la predicación, organizando la Escuela de la Virtud en la Parroquia de San Agustín próxima a las Ramblas. Como director de la Escuela es acusado injustamente de las revueltas sociales y políticas en Barcelona, y así, sin juicio y por sorpresa, fue desterrado por la fuerza a la isla de Ibiza. Era el 9 de abril de 1854. Era desconocida Ibiza a muchos niveles, la isla era prisión de España, lugar de encarcelamiento social y político, aparte de las buenas gentes que aquí vivían.
El P. Palau, después de permanecer un año en la capital, en Ibiza, predicando en la Catedral y en la Iglesia de San Pedro, se muda a un terreno que le ofrece Francisco Marí de Can Berris, para vivir en la soledad de Es Cubells con algunos seguidores que vinieron de Barcelona; aquí permaneció de 1855 a 1860. En este lugar levantó una capilla donde colocó la imagen de la Virgen del Carmen, su vivienda y dos habitaciones destinadas a los ermitaños. Se mantenían del cultivo de la tierra y de las limosnas.
En 1857 descubre el Vedrá, allí se retiraba con mucha frecuencia a la cueva, a rezar, oraba por su patria España, y por la Iglesia, también por la Orden del Carmen.
Declarada su libertad en 1860, fue a Menorca donde Dios le reveló su misión de Fundador en la catedral de Ciudadela. A partir de esta fecha empiezan las comunidades de las Carmelitas Misioneras.
Ya es un gran apóstol. Predicó por todos los pueblos de la isla y también en Formentera, las misiones populares. Unas campañas para restaurar la fe y la paz. Fueron los años 1864-1865.
El P.Palau hablaba a las gentes de su amor a la Iglesia, de la conversión a Jesucristo, del amor a María, del respeto a las autoridades, de la reconciliación entre vecinos. Les devolvía la paz y les instruía en las virtudes de la mano de María, nuestra Madre. La Virgen les devolvía la fe y la esperanza.
La isla le es deudora de toda su Obra en favor de ella. Nuestro ideal es mantener vivo ese amor que él tuvo a la Iglesia, una iglesia de comunión entre sacerdotes, laicos y hermanas. Fco. Palau no deja de mirar con solicitud y amor este lugar de la isla que le acogió y acompañó en aquellos años difíciles y de mucho apostolado. Por todo, hoy, damos gracias a Dios y lo celebramos.
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