Tomás Durán Sánchez, Vicario de Pastoral.
Nuestra Asamblea diocesana comenzó en septiembre del 2014, el ocho para más señas, en la Festividad de la Natividad de María. Ese día en la celebración de la Eucaristía en la Catedral Nueva, D. Carlos, la convocó con gozo y esperanza. Nació bajo el amparo de María.
Todo el desarrollo de la misma ha sido un ejercicio de comunión alentada por el Espíritu Santo. Nada estaba programado ni pensado. La Comisión Permanente, presidida y alentada por D. Carlos, ha ido configurando las etapas, los tiempos, las celebraciones, las acciones, los cuadernillos de trabajo para los Grupos, los encuentros ?motivadores y sanadores? para sacerdotes, laicos, religiosos?.Todo. La reunión periódica de la Plenaria, los miembros de las Comisiones, ha alentado, abierto caminos, revisado, programado tareas?.En fin, un todo ha sido un regalo del Espíritu Santo, que nos ha conducido por caminos de comunión.
Una parte muy importante han sido los Grupos de Asamblea moderados y conducidos por la generosidad de los ?Responsables de los Grupos de Asamblea?, que son hombres y mujeres a los que reconocemos y agradecemos su generosidad y disponibilidad de servicio a la Iglesia. Están siendo muy importantes para la marcha de la Asamblea. Recuerdan a ?a aquellos setenta y dos discípulos? (Cf Lc 10,1) que, sacados del mismo pueblo, son enviados a sus propios hermanos por Jesús. Nuestra gratitud a ellos es muy grande.
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Fuente original: http://www.diocesisdesalamanca.com/2.0.html?&no_cache=1#c13998