Valencia ya tiene su propia Capilla Sixtina. Y es que, la rehabilitación realizada en la Iglesia de San Nicolás sin lugar a dudas ha servido a la iglesia valenciana para convertirse en una de las parroquias referencia en cuestión de arte en la capital del Turia.
Tras tres años de trabajo, los dos mil metros cuadrados de pinturas han convertido a este templo en uno de los más creativos en cuestión de pintura y arte. De hecho, para rehabilitar todas las obras de la iglesia, se han tenido que emplear las técnicas más avanzadas avaladas por un coste que se sitúa cercano a los 4.7 millones de euros.
Así lo presentaron este jueves en una rueda de prensa los directores de la intervención entre los que se encuentra la catedrática e investigadora del Instituto de Restauración de la Universitat Politècnica de València (UPV) Pilar Roig y el arquitecto Carlos Campos; el párroco, Antonio Corbí.
A la rueda de prensa también acudió Elena Tejedor, en representación de la Fundación Hortensia Herrero, que ha financiado la actuación con una inversión de alrededor de 4,7 millones de euros.
El trabajo de rehabilitación ha supuesto tal y como informaron más de 41.000 horas de trabajo de un centenar de profesionales; 6.000 hojas de papel japonés para la fijación de las pinturas, 10.000 litros de agua destilada; 500 pinceles o 100 kilos de algodón.
Por si cabe duda sobre la magnitud del trabajo realizado, cabe recordar que en la Capilla Sixtina se actuó sobre 800 metros cuadrados y en el caso de San Nicolás la superficie pictórica ha alcanzado los 1.904 metros cuadrados.